lunes, 2 de marzo de 2015

ESCUELA DE FAMILIAS - PACTO ENTRE LAS PAREJAS PARA EDUCAR

Pacto entre la pareja para educar a los hijos

Pacto entre la pareja para educar a los hijos

Con la llegada de un hijo se afrontan nuevos retos en pareja, uno de ellos es la capacidad de convivir teniendo opiniones distintas respecto a la forma de educar.
educarCada miembro de la pareja posee una serie de ideas que ha ido construyendo gracias a sus experiencias anteriores, es así como vamos creciendo a lo largo de la vida y como vamos desarrollando nuestra identidad.
En ocasiones, cuando cada uno tiene una opinión diferente acerca de un tema en concreto, surgen pequeñas disputas o peleas, en el fondo sabemos que no llegan a ningún lado, son peleas inútiles, la única conclusión que se extrae de cada riña es que no somos iguales, por eso debemos respetar la identidad que nos caracteriza y nos hace ser únicos.
Dentro de la tarea de educar a nuestros hijos, muchas veces nos encontramos con incongruencias entre cómo nosotros decimos, hacemos o sentimos y cómo lo hace nuestra pareja, es por ello por lo que surgen desavenencias entre nosotros que pueden llegar a incidir directamente en el desarrollo educativo de nuestro pequeño.
Los desacuerdos están presentes en el día a día de muchas parejas, el problema lo encontramos cuando no se suavizan, cuando les damos más importancia de la que tienen, o cuando no dialogamos las inquietudes que tenemos de forma sencilla y apaciguada.
Cuando todo ello ocurre podemos llegar a desbordarnos y manifestar sentimientos de despecho, rabia, ira, enfado…, unos sentimientos que crecen rápidamente en nuestro interior, y que pueden apoderarse cada vez más fácilmente de nosotros sino somos capaces de controlarlos.
Para evitar estas peleas es necesario contrastar opiniones y tener presente que no siempre vamos a coincidir.
El pacto es la solución que poseemos para resolver nuestros conflictos y llegar a un acuerdo. Este pacto, es todavía más preciso llevarlo a cabo cuando hablamos de la formación que queremos dar a nuestros pequeños.
Existe un punto clave, intermedio, en el que se da solución a ambas partes, otorgando a cada una de ellas su porción de razón. Ese punto de equilibrio que abraza las razones individuales de cada uno, consiste en actuar según nuestras ideas pero teniendo en cuenta el bienestar de nuestra pareja.
Por ejemplo: “El niño lleva rato con el plato encima de la mesa y no quiere cenar”.
El padre propone que hasta que no termine el plato no puede ir a la cama, la madre plantea que es tarde y debe irse a dormir aunque apenas haya cenado.
El acuerdo sería el siguiente, intentar que el niño se coma medio plato, de esta manera existe un consenso: el niño come algo y por otro lado no se va a la cama demasiado tarde.
Es allí donde cada uno hace un ejercicio de comprensión por el otro, donde nace el acuerdo y una forma de actuar afín a nuestra vida en familia a la par que acorde a nuestras características individuales.
La conversación, el diálogo, son la clave del éxito en la pareja, si somos capaces de hablar de forma abierta con nuestra pareja, de exponer nuestras preocupaciones y de conversar sobre nuestras opiniones, seremos capaces de comprender las razones del otro y unificar nuestros criterios para que resulten beneficiosos para todos.
Igual de importante es saber reconocer nuestros errores, pedir disculpas, retroceder y cambiar el sentido inadecuado que le podríamos estar dando a una conversación. Sólo se trata de dejar la soberbia de lado afrontando los roces de la convivencia en pareja de forma humilde.
Para conseguir buenos resultados es imprescindible practicar, encontrar cada día un espacio para dialogar y contarnos el transcurso de la jornada, es necesario pensar que todo lo que nos une como pareja, hace que nuestro hijo/a se conecte a nosotros y nos respete como figura de referencia, una figura a través de la cual el niño podrá apoyarse, confiar y crecer.

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