Escuela de padres: Depresión infantil
Durante las últimas semanas estoy
leyendo y poniéndome al día sobre un tema interesante: La depresión
infantil. Si bien hace unos años se negaba o se ponía en cuestión que
los niños pudieran padecer este trastorno, hoy en día la mayoría de los
especialistas aceptan que efectivamente la depresión infantil existe y
que su presentación difiere en muchos aspectos de la depresión adulta.
En todo caso, estamos en una fase
inicial y en general, es poco diagnosticada y por tanto, son pocos los
niños que reciben el tratamiento adecuado. Se estima que aproximadamente
un 2,5 % de la población infantil (2 a 12 años) padece este trastorno.
Vamos a presentar algunos de los síntomas que pueden hacer sospechar que
un niño o niña está padeciendo depresión.
Estos síntomas deberían estar presentes
durante dos semanas al menos y suponer un cambio importante en la
actividad previa del niño o niña.
Los síntomas pueden ser:
- Estado de ánimo triste irritable. Este estado de ánimo está presente casi todo el día y casi todos los días.
- El niño o niña pierde capacidad de disfrutar: no tiene interés por actividades que le gustaban; parece que nada le resulta agradable ni interesante.
- Puede haber cambios de peso considerables: bien disminución, aumento o no se alcanzan los aumentos de peso esperables a su edad.
- Problemas de sueño.
- Pérdida de energía.
- El niño o niña está muy agitado o excesivamente lento casi todo el día.
- Hay sentimientos de culpabilidad o de inutilidad o baja autoestima.
- Se aísla de los demás.
- Pérdida de concentración.
- Pueden aparecer ideas suicidas.
La presencia de estos síntomas
deterioran algunos aspectos de la vida del niño como la relación con los
demás, la relación familiar o sus estudios.
El diagnóstico debe realizarlo un
especialista en salud mental infantil: psicólogo clínico o psiquiatra.
Este especialista es el que debe considerar los síntomas, cuántos deben
estar presentes y diferenciar la depresión de otros posibles trastornos.
Es una tarea complicada y especializada
ya que debemos tener presente que la depresión suele acompañar otros
trastornos infantiles como el trastorno por déficit de atención con
hiperactividad, trastornos de conducta o los trastornos de aprendizaje,
entre otros.
El tratamiento previsto para la
depresión infantil suele ser terapia psicológica, tratamiento
farmacológico o la combinación de ambos.
Mi recomendación desde aquí para las
personas que están más en contacto con los niños (familias y maestros)
es que si sospechan que un niño o niña pueda padecer depresión infantil,
se realice una valoración para descartarla o en su caso, confirmarla y
realizar el tratamiento lo antes posible.
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