¿Y si reforzáramos los comportamientos adecuados?
Les proponemos una medida sencilla que habría que saber implementar: la de reforzar los comportamientos adecuados.
Los alumnos que se esfuerzan, que
realizan bien su trabajo, que vienen cada mañana con sus deberes
escolares hechos (en muchos casos, con mucho esfuerzo de ellos y de sus
familias), que se comportan adecuadamente en el aula… obtienen poco
reconocimiento y refuerzo, a veces ninguno.
Sí, ya sabemos que es su obligación y su
deber, pero recompensar de alguna manera esos comportamientos es una
medida educativa que no solo hará que se mantenga, sino que animará a
otros a imitarla.
Lo que suele ocurrir, en ocasiones, es
que mantener esos comportamientos adecuados implica un “plus” de
esfuerzo, porque esos alumnos reciben cierto “castigo” ambiental. Muchos
padres tienen que enfrentarse a la complicada pregunta de sus hijos:
“por qué tengo que hacer los deberes todas las tardes, si muchos niños
no los hacen y no les pasa nada”.
Lo mismo ocurre con comportamientos
adecuados de padres y profesores. Para perder el tiempo en la sala de
profesores leyendo el periódico, por ejemplo, no hay ningún
inconveniente; para llevar a cabo una iniciativa de trabajo se necesita
que al Equipo Directivo le parezca bien, que esté prevista en los
documentos programáticos del centro, hacer un proyecto, que lo apruebe
el Consejo Escolar, una memoria… ¿me explico?
Hace unos años, cuando ejercía la labor
de Jefe de Estudios pusimos en marcha una iniciativa sencilla, pero que
tuvo un impacto positivo: escribir dos veces al año, una carta de
felicitación a las familias de los niños que cumplían criterios tan
sencillos como asistir a clase, llegar puntuales y esforzarse en sus
estudios (aprobaran o no).
Repito, era una medida sencilla, pero
que reforzó tanto a los niños como a sus familias en el esfuerzo que
estaban realizando. En los años que llevo de orientador y por todos los
centros que he ido pasando, incluido en centro actual (lo hago todos los
años), recomiendo llevar a cabo esta medida, por supuesto que nunca se
ha hecho… ¡QUÉ PEREZA! Pero existen planes tan voluminosos y
rimbombantes como vacíos de mejora de la convivencia, de fomento de las
competencias sociales, etc, etc.
Pues nada, yo les animo a que piensen y
planifiquen actuaciones para reforzar las conductas positivas, tanto de
padres, alumnos, como de profesores. Estoy seguro que si hiciéramos eso,
“Otro gallo cantaría”. ¿Qué les parece?
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