conducta
Tenemos un sistema de vida un tanto
peculiar y un hijo que acaba de cumplir 3 años: el padre del niño por
motivos de trabajo vive fuera y yo, que soy la madre, trabajo a turnos.
El niño se queda con los dos abuelos, con sus tíos y en ocasiones con
una canguro. Es muy inquieto y está empezando a mostrar problemas de
conducta
¿Puede estar relacionado con el sistema de vida que llevamos?
Como hemos indicado, un ambiente
familiar como el que usted comenta es un auténtico “factor de riesgo”
para presentar problemas conducta.
El niño no tiene una rutina diaria,
probablemente cada cuidador tendrá sus propias pautas y normas, el niño
tampoco sabrá muy bien con qué persona le toca cada día, en qué lugar va
a comer o dormir. Probablemente tampoco tenga en definitiva una persona
de referencia.
Con ese panorama, es posible que
presente no solo problemas de conducta, sino otro tipo de dificultades.
Ciertos estilos de vida tienen “efectos secundarios” negativos para la
educación de los hijos. Es una opción de los padres, pero paliar esos
efectos secundarios con el ritmo de vida que tiene el niño es
ciertamente difícil.
Como medidas, probablemente insuficientes, solo quedan las siguientes:
1º. Que el tiempo que dediquen al niño, sea un tiempo de calidad.
Aunque en este caso la calidad no va suplir la cantidad. Tiempo de
calidad significa que estén junto al niño, le escuchen, jueguen con él y
no traten de compensar la falta de tiempo con compras o concesión de
todos los caprichos.
2º. Anticipen al niño los cambios que se producen.
Con dos días de antelación, avísenle dónde va a estar y con quién.
Para ello, pueden utilizar la fotografía de los cuidadores y colocarla
en un calendario, así podrán explicarle con quién va estar cada día.
3º. Procuren introducir una serie de rutinas constantes en la vida del niño
aunque cambie de cuidador: hora de comida, hora de dormir, un peluche
para dormir, un horario para ver la tele, salida al parque, etc.
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