10 PAUTAS PARA EDUCAR EN LA CAPACIDAD DE ESFUERZO Y LA FUERZA DE VOLUNTAD
Es un problema común que los pequeños y adolescentes, no
muestren fuerza de voluntad para alcanzar sus metas. No tienen la
capacidad de esforzarse lo suficiente, ellos creen que lo hacen, pero no
son capaces de ver el valor de su propio esfuerzo, del gran poder que
tiene para lograr sus objetivos. Son por lo tanto, en múltiples
ocasiones inconstantes con sus tareas, caprichosos con sus metas,
conformistas y con tendencia al abandono cuando perciben dificultades.
La sociedad en la que vivimos, en ocasiones fomenta el
valor contrario, los niños, adolescentes y jóvenes en ocasiones, tienden
a esperar que las cosas les vengan dadas, atribuyen el éxito a factores
externos y no a su propia capacidad, se conforman y no se esfuerzan.
Esto hace que no valoren las cosas y que no disfruten de ellas.
PORQUÉ ES IMPORTANTE FOMENTAR LA FUERZA DE VOLUNTAD Y LA CAPACIDAD DE ESFUERZO
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Conseguir metas difíciles, va a suponer que aprendan a valorar sus logros.
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Aumentará su autoestima, ya que se percibirán autocompetentes, atribuyendo los éxitos a su propia conducta y capacidad.
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Descubrirán con entusiasmo la satisfacción que produce ser responsables de sus metas, al conseguir las cosas por sí mismos.
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Serán personas constantes y fuertes, con competencia.
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Tendrán la capacidad de afrontar las dificultades que se les presenten en su vida.
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Se convertirán por lo tanto en adultos fuertes, con capacidad para proponerse fines y luchar por lograrlos.
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Sabrán lo que quieren y no tendrán miedo en conseguirlo.
EDUCARLES PARA ENFRENTARSE A LAS DIFICULTADES.
Buscan y anhelan el camino fácil, pero no siempre las cosas
son sencillas. Es necesario enseñar a los más pequeños a esforzarse
para lograr sus metas y objetivos, desarrollar su fuerza de voluntad.
Enseñarles a enfrentarse a las dificultades.
Nuestra labor como educadores no consiste en librarles de
las dificultades o hacerles más fáciles las tareas. Debemos enseñarles a
que ellos mismos se enfrenten a estas dificultades y ellos mismos
aprendan a seguir su camino. Esto no quiere decir que se lo pongamos
difícil apropósito, sino que debemos fomentar en ellos el desarrollo de
su fuerza de voluntad y de su capacidad de esfuerzo.
10 PAUTAS PARA DESARROLLAR LA CAPACIDAD DE ESFUERZO Y LA FUERZA DE VOLUNTAD.
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Sirve de ejemplo, los pequeños aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice. Demuéstrales que te esfuerzas y tienes fuerza de voluntad para lograr tus propias metas.
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Proponles metas a corto plazo, que vean los resultados de su esfuerzo, si la consecución de la meta se prolonga demasiado, puede que no vean los logros y se desmotiven. Es importante que comprueben los efectos positivos de su esfuerzo, al menos en los primeros momentos. Si no los ven, pensarán que su esfuerzo no sirve para nada y que por lo tanto es mejor no esforzarse.
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Ponles metas que supongan cierto esfuerzo por su parte, pero que sean alcanzables por ellos. Es importante lograr este equilibrio en la dificultad de los objetivos, ya que si no suponen esfuerzo no desarrollan su fuerza de voluntad. Por el contrario si resultan ser inalcanzables se desanimarán.
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No les evites las dificultades, tampoco se lo pongas más difícil apropósito. Cuando aparezca una dificultad, evita ponérselo fácil, anímale a que se esfuerce, hazle saber que tú crees que puede hacerlo. Anímale a esforzarse y superar esas dificultades.
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No hagas todo por ellos, deja que se hagan responsables de sus cosas, que se enfrenten a sus tareas diarias y a sus responsabilidades.
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Exígeles, pero combina tus exigencias con cariño y comprensión. Cuando el pequeño se desanime y quiera abandonar algo que le suponga una dificultad y te diga “yo no sé” “yo no puedo”. Debes exigirle que siga con lo que ha empezado, pero nunca imponiéndole, sino apoyándole y animándole.
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Enséñale como puede hacerlo, pero deja que lo haga solo.
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Refuerza positivamente los pequeños logros que alcance. Hazle saber que valoras su esfuerzo cuando supere sus dificultades y logra sus objetivos.
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Déjales decidir sus propios compromisos y apóyale para que los cumpla. Por ejemplo: si que el pequeño decida que deporte quiere practicar, pero debemos animarle para que no abandone éste deporte si se cansa, si no cumple sus expectativas o si supone una dificultad y un esfuerzo que no esperaba.
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No les presiones, ni les impongas. Cuando el pequeño este frustrado ante una dificultad, se comprensivo y ten paciencia. Pero no dejes que abandone.
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