Pautas familiares para apoyar a nuestros hijos a superar diferentes retos.
Pautas familiares para apoyar a nuestros hijos a superar diferentes retos.
Muchos de los padres con los que hemos hablado nos cuentan
que frecuentemente sienten inseguridad a la hora de “dejar volar” a sus
hijos. Las dudas les asaltan: ¿con quién saldrá?, ¿dónde irá?, ¿por qué
se comporta así?
Nosotros sabemos que el adaptarse al crecimiento y a la independencia de un hijo puede ser costoso pero ¿cómo asegurarnos de que el camino que llevan nuestros hijos será el más adecuado?
En los primeros momentos de vida, la
familia es el ámbito más influyente para el desarrollo intelectual,
emocional y social de los más pequeños. Esta influencia se mantiene durante
todo el ciclo vital, pero es en estos primeros años cuando la familia
juega un papel fundamental, sobre todo en aspectos como: qué valores son
importantes, cuándo se me refuerza, qué es lo que se espera de mí…
El entorno familiar, de aquí en adelante clima familiar, lo forman todos los factores que propician, o no, un estado
seguro y agradable donde poder desarrollarse. Estos factores son
principalmente cada uno de los miembros en sus interacciones y
relaciones.
Algunas de las claves de un clima familiar positivo son:
- Los miembros de la familia muestran comportamientos de apoyo mutuo.
- La afectividad es el motor principal de las acciones y relaciones en el hogar.
- La autonomía personal se favorece adaptándola al nivel evolutivo de cada miembro.
Para promover dichas claves, no existe
un modelo de estructura familiar mejor o peor, sino que son las propias
relaciones interpersonales de los miembros las que crean un determinado
clima familiar.
Por lo tanto, la familia es el primer
lugar donde el niño se socializa y desarrolla su identidad. No existe
una receta mágica en la cual se junten todos los ingredientes y pueda
asegurarse un resultado final. Lo que sí es cierto, es que con
determinadas formas de actuar como padres podemos generar determinados
comportamientos de los hijos en el futuro. Aunque no siempre todo puede
explicarse en relación a estos términos, una adecuada educación en los
primeros años puede tener una gran influencia en la expresión final de
una conducta.
Día a día nos vemos envueltos en
situaciones en las que podemos reaccionar de varias formas: agitarnos o
sosegarnos ante la herida en un hijo, alentar o frenar temerosamente la
iniciativa de llevar por primera vez los platos a la mesa… Son
situaciones cotidianas en las que automáticamente respondemos sin pensar
en qué tipo de enseñanza estamos propiciando. Nuestras respuestas
serán aprendidas y muy probablemente replicadas en las diferentes
situaciones que el hijo viva, determinando así esos comportamientos
futuros de los que venimos hablando anteriormente.
La pregunta o reflexión que os planteamos es: ¿Qué nos influye como padres para reaccionar de una u otra manera? El
que nos agitemos ante una herida de nuestro hijo ; el que tengamos
miedo a las consecuencias de sus iniciativas, no son más que un reflejo
de nuestras propias vivencias pasadas, las cuales condicionan nuestra
manera de reaccionar en el presente.
Para fomentar una reacción paterna que
genere comportamientos adaptativos en los hijos, queremos compartir
unas pequeñas pautas que, si desde pequeños se aplican día a
día,empoderan y encaminan a los niños a afrontar futuros retos:
- Conocer qué tipo de responsabilidades o tareas pueden realizar nuestros hijos en función de su edad.
- Fomentar en ellos la independencia, haciéndoles sentirse capaces y orgullosos cuando hacen algo bueno.
- Utilizar comunicación positiva en vez de negativa:“puedes llevar los platos de uno en uno” en vez de “no puedes llevar todos los platos”.
- Manejar nuestro lenguaje no verbal, utilizándolo como vía de transmisión y apoyo a nuestra comunicación.
- Observarnospara analizar en qué situaciones perdemos los nervios y preverlas para reaccionar de una manera más sosegada.
En ocasiones, las pautas anteriores resultan complicadas de llevar a cabo de manera constante. Es por ello, que debemos formarnos e informarnos
sobre qué podemos hacer para superar ciertos miedos o anclajes con
nuestro pasado para poder propiciar un aprendizaje diferente a nuestros
hijos. El aprendizaje y el cambio son posibles, por lo que os animamos a
que si os sentís identificados busquéis la forma de actuar hacia el
empoderamiento de los hijos.
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