viernes, 15 de mayo de 2015

ESCUELA DE FAMILIAS - DISLEXIA

 Dislexia. Orientaciones para trabajar


Nuestro hijo tiene 8 años y leía mucho peor que sus compañeros. Lo hemos llevado a un especialista y nos ha dicho que nuestro hijo padece dislexia. Estamos muy agobiados. ¿Qué es la dislexia? 
Esta es una situación con la que nos podemos encontrar los profesionales que trabajamos en la escuela y entre un 5 y 10 % de los padres de niños con edad escolar.
Dislexia
Trabajo como orientador en Infantil y Primaria y definir este término en este espacio tan breve no es tarea fácil pero voy a facilitar algunas orientaciones.
  1. Personalmente me gusta más utilizar el término “trastorno de la lectura”, tal y como lo hace la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-IV TR) porque describe mejor lo que ocurre y conlleva la esperanza de que es algo recuperable. El término dislexia parece más bien como algo irreversible y crónico.
  2. Padecer un trastorno de la lectura (o dislexia) significa que uno o varios de los procesos que intervienen en la lectura no está funcionando correctamente (disfunción) y por tanto, no permite al alumno utilizar la lectura como los demás niños de su edad. En estos casos el rendimiento intelectual en general es correcto (por ejemplo, el Cociente Intelectual está dentro de los valores normales). Parece que sólo está afectada la lectura y los procesos que conlleva.
  3. En la lectura intervienen diferentes procesos: perceptivos (percibir e interpretar las letras y palabras), léxicos (leer correctamente las palabras), sintácticos (interpretar las diferentes estructuras sintácticas, signos de puntuación…)  y semánticos (extraer el significado de lo leído, integrarlo en la memoria y realizar inferencias).
  4. Algunos de los síntomas que aparecen en los niños que padecen trastorno de la lectura son:
    1. Tienen una tasa de errores superior a sus iguales cuando leen. Los errores suelen ser: omitir letras de una palabra o palabras completas; sustituir una letra por otra; sustituir palabras al leer; añadir letras o palabras en la lectura.
    2. Su velocidad lectora, medida como promedio de palabras por minuto, es significativamente inferior al promedio de su edad: leen más despacio, realizan repeticiones espontáneas de palabras, hacen pausas inadecuadas antes de determinadas palabras, siguen la lectura con el dedo, entrecortan las palabras…
    3. En ocasiones confunden letras similares: p-b-d-q; m-n-u-ñ-h; etc…
    4. Tienen dificultades para comprender oraciones, instrucciones escritas y estructuras sintácticas más complejas (por ejemplo, las oraciones de relativo o las oraciones en voz pasiva)
  5. En muchos casos aparecen dificultades (o trastornos) asociados a sus dificultades lectoras, sobre todo:
    1. Pobre desarrollo de la conciencia fonética, es decir la capacidad de analizar los sonidos del habla (dificultades sobre todo a nivel de fonemas).
    2. Dificultades de orientación espacial: dificultades para imitar gestos en espejo, identificar derecha – izquierda…
    3. Dificultades visioperceptivas: problemas para reproducir dibujos sin sentido, varias figuras geométricas o líneas que siguen diferentes trayectorias; dificultades para discriminar dibujos similares o símbolos.
    4. Tiene dificultad para trabajar con otro tipo de símbolos: números, signos matemáticos…
    5. Su rendimiento está por debajo del promedio de su edad en tareas de memoria visual inmediata y tareas de ritmo.
    6. Suele haber antecedentes familiares de dificultades con la lectura: el papá o la mamá padecieron dificultades similares.
    7. Aumenta la presencia de otros signos neurológicos menores.
  6. Muchas de las dificultades lectoras se manifiestan en la escritura, pero propiamente dicho, una cosa es el trastorno de la lectura y otra el trastorno de la escritura, aunque en muchos casos los niños padecen ambos trastornos. El trastorno de la lectura se recupera en la mayoría de los casos siempre y cuando se den algunas condiciones.

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