miércoles, 20 de mayo de 2015

ESCUELA DE FAMILIAS - EL FRACASO ESCOLAR

 ¿Qué hay sobre el fracaso escolar?


Actualmente estamos siendo testigos de una realidad que salta a los medios de comunicación en relación con el sistema educativo, o más bien, con su estado de salud, y es el consabido FRACASO ESCOLAR: ¿realmente hay tanto fracaso escolar como se dice?; si es así, ¿sabemos de forma fiable en qué etapas se da más y/o menos?; ¿coinciden los expertos en las causas que lo provocan?, ¿y en las consecuencias?, ¿y en las posibles soluciones tanto desde casa como desde el mismo sistema educativo?; ¿es verdad que España registra más fracaso escolar que los países de su entorno? Por último, ¿si esto es una realidad que se manifiesta desde hace años, incluso décadas, qué es lo que impide poner freno y darle solución? En este artículo intentaremos reflexionar sobre estos puntos y alguno más.

Es preciso, antes de nada, intentar definir qué entendemos por FRACASO ESCOLAR. En primer lugar, hablamos de fracaso escolar cuando un alumno no consigue los objetivos propuestos para su nivel y edad y existe un desaprovechamiento real de sus recursos intelectuales. Es decir, en principio, el sistema se plantea unos objetivos determinados para los individuos de una cierta edad y en el momento que esos objetivos no se cumplen, hablamos de fracaso. Por tanto, visto así, el fracaso afecta a todos y la punta del iceberg es el alumno que no tiene éxito. Luego, podemos deducir, que es una persona, un miembro de la sociedad que necesita ayuda y la sociedad tiene que saber responderle…, ¿en verdad es así?

Y es que ¿es verdad, tal y como decíamos al principio, que existe tanto fracaso escolar? Veamos con qué DATOS y estudios contamos. Parece ser que el 72% del desempleo de los menores de 25 años tiene relación estrecha con el abandono de los estudios y el fracaso escolar. Así y según el Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (INCE), casi la tercera parte de los alumnos adolescentes de España, estudiantes de ESO, obtiene calificaciones negativas. En la enseñanza media, un 32% de los alumnos repite curso, un 35% no termina con éxito 2º de ESO, el 48% no supera el bachiller y en la universidad el abandono de los estudios ronda el 50%.

Además en España uno de cada cuatro niños fracasa en sus estudios, con los consiguientes problemas que conlleva a nivel psicológico, emocional, de autoestima, etc. Por materias, es en las áreas instrumentales (Matemáticas, Lengua) donde aparece mayor fracaso muerte afecta a todos los humanos.

En otro documento al que hemos tenido acceso leemos que un estudio realizado por el Instituto Nacional de Evaluación y Calidad del Sistema Educativo (INECSE) confirma que la mitad de los alumnos españoles corre el riesgo de no acabar el Bachillerato o la Formación Profesional. Este informe pone de manifiesto el gran porcentaje de estudiantes que abandona de manera prematura el sistema: ni más ni menos que el 29% de las personas entre 18 y 24 años abandonaron en 2003 sus estudios antes de obtener el título correspondiente. Estos datos corroboran el último informe PISA en el que España quedaba por debajo de la media europea en alguna materia como Matemáticas.

Los datos anteriores varían de unos informes a otros pero podemos concluir que sólo un 2% de los fracasos se debe a factores intelectuales, mientras que alrededor de un 29% está originado por trastornos de aprendizaje, entre los que destacamos la dislexia. La misma proporción se debe a factores emocionales de todo tipo y un importante 10% se debe al Trastorno de Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) Por último hay que decir que el fracaso escolar puede deberse a las dificultades acumuladas en el aprendizaje después de varios cursos.

Todos los informes que podamos utilizar vienen a coincidir en que el niño tiene problemas de lectura y comprensión, que es lento a la hora de captar el lenguaje oral, que le falta concentración, que su nivel de atención es inconstante e insuficiente, que no está conectado en tiempo real a lo que sucede, que no es maduro para entender lo que pasa a su alrededor, que no es capaz de mantener una postura adecuada, que es desordenado, …Ante toda esta información, seguimos insistiendo, ¿cuáles son las causas de esta situación?

Las causas más reseñables son los trastornos de aprendizaje y los trastornos emocionales. Las podemos enumerar del siguiente modo:

          1. Intelectuales. Como consecuencia de un desajuste entre la edad cronológica y la intelectual. Y no           solo porque exista una discapacidad manifiesta sino también porque, en ocasiones, hay un bajo nivel de           lectura comprensiva, asociada a una falta de vocabulario y a la falta de hábitos de lectura.

          2. Motivacionales. Cuando no existe la actitud, la tendencia o atracción hacia el aprendizaje. La           desmotivación puede venir dada, entre otros factores, por una inexistente correlación entre los           contenidos impartidos en el aula y las necesidades reales de una sociedad tan cambiante como la           actual. Es importante que en estos casos, el niño reciba estímulos positivos como el reconocimiento por           los seres queridos, la aceptación social y el logro de metas a corto plazo.

          3. Falta de esfuerzo. Muy unidas a las anteriores. Se trata de cuando dedica menos tiempo del           necesario o no aprovecha debidamente ese tiempo al hacer un estudio con escasa intensidad, es decir,           baja concentración, bajo nivel de comprensión y falta de memorización de lo estudiado.

          4. Orgánicas. Se definen por problemas físicos que provocan cierto grado de absentismo escolar o por           enfermedad crónica que genera cierto grado de cansancio en el niño.

          5. Emocionales. Se dan tanto en niños con carencias afectivas como en niños sobreprotegidos, así           como en niños hiperactivos, inseguros o con exceso de fantasía. Estas causas degeneran en trastornos           del carácter acompañados de inestabilidad, cólera y reacciones negativas hacia el profesor y           compañeros lo que ocasiona importantes dificultades de integración en el aula.

          6. Falta de técnicas y hábitos de estudio. El alumnado debe aprender a aprender. Deben saber cómo           se aprende y ello exige la utilización adecuada y en el momento y forma adecuados de las técnicas de           estudio correctas.

          7. Programación inadecuada. A veces existen tareas de excesiva dificultad para el nivel de           maduración del alumno. Otras veces se pretende que el alumnado alcance de igual forma el mismo nivel.

Ya sabemos que las causas del fracaso escolar es múltiple y hay quien las centra en la influencia negativa de tres elementos muy conocidos en las familias de hoy día:

          La televisión: según la Asociación de Telespectadores y Radioyentes, los niños españoles son los         más "teleadictos" de Europa con un 97% de los chicos enganchados a la televisión unas tres horas y         veinte minutos diarios por término medio. La revista Archives of Pediatric and Adolescent Medicine, de         julio de 2005, incluye tres estudios que relacionan el uso de la televisión con las calificaciones escolares:         en todos los casos, los niños que más televisión ven, sacan perores notas. Por el contrario, los niños que         tienen ordenador en casa obtienen, al menos en algunos casos, mejores calificaciones.

          Los videojuegos: para un 60% de los niños (según la Asociación de Fabricantes de Juguetes), los         videojuegos son otra forma de entretenimiento favorita. Además de las videoconsolas hay que destacar         también los juegos de ordenador.

          Otros inventos electrónicos: aquí habría que incluir las play-station, las game-cube, las game-boy,          etc.

Ante esta situación que describimos y una vez que aparece el fracaso escolar, es decir, cuando el niño empieza a traer suspensos a casa, ¿CUÁLES SON LAS REACCIONES QUE SE DAN?

         1. Una gran parte de padres tienen tendencia al castigo como primera reacción. El padre que recurre al          castigo, a los gritos no se ha preocupado del hijo durante las 10 o 12 semanas que dura una evaluación y          se limita a llevarse el gran disgusto cuando llega el boletín con las notas.

         2. La reacción anterior es acompañada de una búsqueda inmediata de profesor particular.

         3. La humillación. Las familias tienden a usar expresiones como "eres un vago", "no vas a ser nada en          la vida", "eres un inútil", etc. Lo que se está generando es inseguridad en el chico por oír comentarios tan          negativos como los anteriores.

         4. No hacer nada después de los grandes gritos. Suele ser frecuente olvidarse del enfado cuando ha          pasado un poco tiempo y el chico vuelve a estar abandonado a su suerte. Los padres vuelven a estar          inmersos en la dinámica de sus preocupaciones, del día a día y en una gran mayoría, se cae en el olvido          del fracaso hasta la próxima.

         5. Búsqueda de información. No obstante, antes de tomar decisiones precipitadas, los padres deben          obtener información y la primera fuente de información es el propio niño, el supuesto "fracasado" para ver          las verdaderas causas, motivos del hecho. También se puede concertar una entrevista con el tutor o con          el profesor específico con quien el niño ha presentado una nota negativa.

Por tanto, ante la situación de fracaso escolar, la FAMILIA adopta un papel prioritario para la solución o intento de solución del mismo llevando a cabo distintas acciones:

1. Hay que aceptar y reconocer que el hijo tiene dificultades.

2. Demuestren que le quieren no por sus éxitos sino por él mismo.

3. La información sobre todo lo relativo al centro          educativo es primordial.

         4. Participen en las actividades del centro educativo que precisen la presencia de los padres.

         5. Muestren predisposición y atiendan sus necesidades y preguntas en casa.

         6. No cometan el error de hacerle el trabajo (deberes) con el engaño y creencia de que así le ayudan.

         7. Háganle saber que no saben la respuesta a las preguntas que hace su hijo y propónganle buscar          juntos la solución.

         8. Potencien en el hijo la confianza en sí mismo.

         9. Permítanle que tome decisiones y asuma responsabilidades.

         10. No le comparen con otros miembros de la familia.

         11. Sean coherentes. Si ustedes leen en casa, están transmitiendo una actitud positiva que se contagia          y es más fácil compartir aficiones.

         12. No asedien a su hijo con la idea del estudio.

         13. Hablen con su hijo para conocer mejor el problema antes de tomar decisiones que más tarde les          podrán llevar al arrepentimiento.

         14. No amenacen ni castiguen; hay otros
         caminos como el pacto, la estimulación…

         15. Enseñe (si no lo hacen en el centro          educativo) a utilizar las técnicas adecuadas y a estudiar.

         16. Evite transmitir mensajes negativos como "no vales", "no sabes", "eres mal alumno", etc.

         17. Celebren sus éxitos por pequeños que sean.

         18. Las clases particulares no siempre son la solución.

         19. La ayuda de los maestros suele ser muy valiosa siempre que los padres van a ellos con una actitud          adecuada. Los educadores tienen datos del rendimiento del chico y observaciones de su comportamiento          en clase.

         20. Tener clara la vocación profesional es la principal fuente de motivación del adolescente, por lo que es          fundamental ayudarle a decidir la carrera o profesión que quiere estudiar. En este sentido, una buena          orientación profesional puede dar buenos resultados (es aconsejable acudir al orientador escolar del          centro educativo)

         21. Enséñenle a apuntar las tareas en una agenda con precisión, a organizar el tiempo en casa (hacer          horarios con tiempos de estudio y de descanso), proponerse metas cortas…        


Por último nos preguntamos si toda la solución recae y la encontramos únicamente en el entorno familiar. Dicho de otra forma, ¿QUÉ PAPEL JUEGA EN TODO ESTE PROBLEMA EL SISTEMA EDUCATIVO? Efectivamente, el sistema educativo también tiene algo que decir y hacer. Ya decíamos al principio que es un problema de todos. En resumen apuntamos algunas medidas que este sistema educativo español tan cambiante pretende aplicar como solución o lucha contra el fracaso escolar:

         1. Competencias básicas. La lectura, la escritura y el cálculo (matemáticas) son los pilares en los          que se basará el aprendizaje del alumnado.

         2. Repetir curso.

         3. Examen de recuperación o extraordinario.

         4. Las evaluaciones de diagnóstico en distintos momentos educativos pretenden velar por el estado          de salud del sistema.

         5. Educación infantil gratuita.

         6. Más recursos para los idiomas extranjeros.

         7. Autonomía de los centros.

         8. Financiación.

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