En
el artículo titulado “El valor del esfuerzo en
la formación de la persona” se analiza qué
se entiende por esfuerzo, cuál es la importancia que
el Sistema Educativo da al esfuerzo, la relación del
esfuerzo como valor de la persona con otros valores como la
disciplina, la obediencia, el trabajo bien hecho, etc.
En el presente artículo queremos reflexionar sobre las posibilidades que existen de fomentar el valor del esfuerzo en el niño, la importancia que tiene el esfuerzo de la persona para un mejor aprendizaje, veremos cómo sí es posible que su hijo aprenda a esforzarse y enumeraremos (además de las ya citadas en el artículo citado) unas pautas concretas que usted, padre/madre, puede poner en práctica para ayudar a su hij@ a esforzarse. Por ESFUERZO entendemos la “acción enérgica del cuerpo o del espíritu para conseguir algo”. También “empleo de elementos costosos en la consecución de algún fin” (Diccionario Espasa Calpe, 2001).
Según lo anterior, el esfuerzo es también una cuestión de grado como sucede con la motivación. No hay una sola manera de esforzarse, sino muchas. El simple hecho de escuchar un momento a un adulto supone para muchos niños un esfuerzo enorme aunque no se impliquen en absoluto en la explicación. Debemos tener en cuenta que el esfuerzo en sí mismo no garantiza el aprendizaje. Sin esfuerzo es difícil que haya aprendizaje, pero a menudo el simple esfuerzo conduce únicamente al hastío o a aprendizajes de ínfima calidad.
Para
el aprendizaje del esfuerzo contamos con una serie de principios
que orientan la enseñanza de estrategias de autorregulación
del esfuerzo. Estos principios son tres:
Los
padres deben saber que en el Sistema Educativo se busca alcanzar
la finalidad de la personalización del esfuerzo a través
de los siguientes objetivos que también se han de buscar
en el ámbito familiar:
Pero no en todos los ámbitos familiares se fomenta de igual manera el esfuerzo. Así nos encontramos distintas formas de actuar(2) o PATRONES DE CONDUCTA FAMILIAR a la hora de inculcar en los niños este valor:
El
problema con el que nos encontramos los adultos es que debemos
enseñar a los niños a esforzarse, a comprender
el valor y el sentido del esfuerzo, a esforzarse en la dirección
adecuada. Para enseñar a esforzarse es imprescindible
transmitir los BENEFICIOS DEL ESFUERZO. En
primer lugar los conocimientos que producen
una satisfacción íntima, ayudan a comprenderse
a sí mismo y al mundo en el que nos ha tocado vivir.
Nos ayudan a encontrar respuesta a las muchas preguntas que
nos surgen; conocer las propias limitaciones y tener el valor
suficiente para seguir arrancándole a la vida los innumerables
secretos que encierra. En segundo lugar, los productos
del conocimiento ya que gracias a ellos, el hombre
ha evolucionado y ha conseguido mejorar su calidad de vida.
Por último, el desarrollo de la propia personalidad.
Con el esfuerzo, el hombre consigue el máximo de sí
mismo.
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martes, 26 de mayo de 2015
ESCUELA DE FAMILIAS - ¿PARA APRENDER HAY QUE ESFORZARSE?
¿Para
aprender hay que esforzarse?(1)
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